Los opioides son una clase de fármacos que alivian el dolor. Entre ellos, se incluyen los fármacos derivados de la amapola real, así como las drogas sintéticas que se fabrican en un laboratorio. Algunos ejemplos son:

• Oxicodona (OxyContin, Percocet o Roxicodone)
• Oximorfona (Opana)
• Hidromorfona (Dilaudid)
• Hidrocodona (Vicodin, Lortab, Norco)
• Morfina
• Codeína
• Buprenorfina (Suboxone)
• Metadona
• Fentanilo (Duragesic)
• Heroína

Consumir opioides con frecuencia puede provocar una dependencia física que puede tratarse con medicamentos. Una sobredosis de opioides se produce cuando alguien toma más cantidad de un opioide de la que su cuerpo puede soportar y su respiración se ralentiza hasta que se detiene.

Usted puede aprender a obtener y utilizar la naloxona , un medicamento que revierte la sobredosis de opioides. La naloxona también se vende de las marcas comerciales Narcan y Evzio.

Los opioides actúan sobre los receptores cerebrales y bloquean la sensación de dolor. Estos fármacos también pueden provocar una sensación de euforia (un “subidón”), que puede reforzar el deseo de volver a consumirlos.

Con el tiempo, el cerebro se acostumbra a la presencia de los opioides, es decir, desarrolla una tolerancia. Cuando esto ocurre, se necesita una mayor cantidad de opioides para volver a tener la misma sensación. El uso repetido de opioides acaba creando una dependencia física, momento en el que la ausencia de estos puede provocar un intenso síndrome de abstinencia.

Este patrón también se produce con otras sustancias como el café, la nicotina y el alcohol. Los medicamentos para el trastorno por consumo de opioides pueden ayudar a prevenir el síndrome de abstinencia y a aliviar el deseo de consumir opioides.

Los analgésicos recetados son químicamente similares a la heroína. Entre 1999 y 2010, las ventas de opioides recetados casi se cuadruplicaron en Estados Unidos. Algunas personas a las que se los recetaron se volvieron físicamente dependientes y empezaron a consumir opioides ilegales cuando se les acababan los recetados.

Hoy en día, otras drogas como el fentanilo y la xilacina (xylazine, PDF) , se mezclan con frecuencia en las drogas callejeras. Esto hace que las personas que consumen heroína, pastillas falsificadas de venta callejera, cocaína y crack corran un mayor riesgo de sufrir una sobredosis. El fentanilo está presente en la mayoría de las sobredosis mortales.

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El fentanilo es un analgésico opiáceo sintético entre 50 y 100 veces más potente que la morfina. Se añade con frecuencia a la heroína porque es barato y fuerte. También se lo ha detectado en píldoras, cocaína y crack comprados en la calle.

El fentanilo que vemos hoy en día en la calle es de fabricación ilícita, lo que significa que no está fabricado por una empresa farmacéutica; no es el mismo fentanilo que administra o receta un médico. El fentanilo es muy potente y puede provocar una sobredosis, independientemente de la frecuencia con la que se consuman opioides.

En 2020, se detectó fentanilo o un análogo del fentanilo en el 81% de las muertes por sobredosis. Muchos de los que murieron probablemente no sabían que estaban consumiendo fentanilo, por lo que ignoraban que debían tomar precauciones para evitar una sobredosis. Se recomienda el uso rutinario de tiras reactivas de fentanilo para analizar todos los medicamentos antes de usarlos. Las tiras reactivas de fentanilo están disponibles de forma gratuita.

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