Con frecuencia, miramos a alguien con una enfermedad crónica o alguien que se encuentra en una situación particular y pensamos que deberían haber hecho algo diferente para evitar ese destino. ¡Pensamos! Si tan solo comieran mejor. Si tan solo se cuidaran mejor. Si tan solo no vivieran en ese vecindario.

En un mundo perfecto, esos pensamientos podrían tener alguna validez. Pero nuestro mundo está lejos de ser perfecto.

Vivimos en un mundo donde el código postal en el que naces puede predecir cuánto tiempo vas a vivir. Vivimos en un mundo donde el color de tu piel puede determinar qué atención medica recibirás cuando vas al hospital. En un mundo donde sus posibilidades de conseguir un trabajo bien remunerado todavía varían según la raza y el origen étnico. Este es un mundo donde las decisiones personales que tomas no siempre pueden prevenir la tragedia. Este es un mundo en el que es posible que ni siquiera puedas tomar decisiones para proteger tu salud.

Para muchos habitantes de Filadelfia, el racismo no son solo palabras horribles. El racismo también existe en un nivel superior. El racismo sistémico es el racismo que está integrado en el tejido de nuestra sociedad y afecta a cada uno de nosotros de maneras que ni siquiera podemos ver. El racismo sistémico predispone a los habitantes de color de Filadelfia a vidas más cortas, peores resultados de afecciones crónicas de salud y una mayor probabilidad de estar en situaciones traumáticas.

Conocemos el racismo sistémico como una línea roja (red-lining), pero también sabemos que existe en la estructura de decisiones médicas que asumen que las personas de color pueden tolerar más dolor que las personas blancas. Sabemos que las plantas industriales y las fábricas están situadas cerca de comunidades de color, y sabemos que incluso el dosel de los árboles que nos ayuda a protegernos en los calurosos días de verano tiene menos cobertura en vecindarios predominantemente de color. Todas estas cosas, y muchas más, son las que determinan el curso de nuestras vidas, sin que seamos conscientes de ellas.

Durante el Mes de la Historia de Gente Afroamericana el Departamento de Salud se esfuerza por resaltar las condiciones de salud pública que son impulsadas por el racismo sistémico.

Hipertensión y diabetes en la comunidad afroamericana

La prevalencia de la presión arterial alta (HTA) entre las personas de color en los Estados Unidos se encuentra entre las más altas del mundo. Su presión arterial es uno de los marcadores más importantes de la salud. La presión arterial alta (también conocida como “hipertensión”) es muy común en personas con diabetes. De hecho, las dos condiciones a menudo van de mano porque ambas pueden ser el resultado de los mismos factores que se ven afectados por los determinantes sociales de la salud.

La enfermedad de COVID-19 y las altas tasas de mortalidad en las comunidades de color pusieron este problema al centro de atención ya que descubrimos que la hipertensión y la diabetes eran los principales factores de riesgo. Los adultos de color están muriendo al doble de la tasa de sus homólogos adultos blancos. Alrededor del 55 por ciento de los adultos de color tienen presión arterial alta. Las personas de color también tienen tasas desproporcionadamente altas de HTA más grave y se desarrolla más temprano en la vida.

Muchos factores contribuyen a las inequidades en salud

Los factores históricos y sistémicos juegan un papel importante en los resultados de salud. Entre ellos se encuentran los determinantes sociales adversos de la salud, las condiciones en las que nace una persona y la vida contribuyen ampliamente desde altos niveles de estrés hasta opciones saludables deficientes. Los determinantes incluyen la falta de acceso a atención y medicación y la falta de acceso a alimentos saludables. Los problemas sociales incluyen educación, geografía, ocupación, condiciones de vivienda. El racismo institucional exacerba todas estas barreras. Otro factor que contribuye es que los afroamericanos tienen una desconfianza cultural de los sistemas de atención médica basada en la discriminación histórica.

El concepto de responsabilidad personal en el cuidado de la salud es que, si seguimos estilos de vida saludables (hacer ejercicio, mantener un peso saludable, no fumar) y somos buenos pacientes (cumpliendo con nuestras citas y atendiendo los consejos de nuestros médicos), seremos recompensados con una salud mejor y también podemos ahorrar dinero. Este concepto anticuado a menudo ignora las barreras que contribuyen a la mala salud y los malos hábitos que están fuera del control de los pacientes. Por ejemplo, los afroamericanos en vecindarios de bajos ingresos pueden encontrarse viviendo en un desierto alimentario, un área donde el acceso a alimentos saludables es limitado. Luego viene el tema del costo de los alimentos saludables. Con menos opciones y recursos limitados, es mucho más fácil comprar papas fritas que fruta.

Cambiar la trayectoria de salud

Aunque algunos problemas requieren intervenciones sociales más amplias, tenemos la esperanza de que las personas puedan tomar medidas para revertir las tendencias. Lamentablemente, hemos estado en este sistema tóxico con malos resultados de salud durante tanto tiempo que muchos ven los resultados como naturales porque no están conscientes de que los resultados son anormales. Pero, hay una creciente conciencia de que mejores resultados son posibles. Nuestro trabajo en el Departamento de Salud es ser un catalizador para el cambio y apoyar a los residentes de Filadelfia. Este es un largo viaje que no será resuelto por el Departamento de Salud ni por ninguna entidad, sino a través de una colaboración de la comunidad de Filadelfia que se une a medida que aprendemos y trabajamos juntos.

Concéntrese en lo básico.  No subestimes el poder de la dieta y el ejercicio.

Queremos y hemos fomentado una mejor conciencia y comportamiento para obtener mejores resultados de salud, como el ejercicio, el acceso a más frutas y verduras, y la reducción del consumo de alimentos fritos y ricos que pueden ser culturalmente significativos pero poco saludables.

Algunos de nuestros esfuerzos incluyen:

Acceso a atención médica de alta calidad.  Una prioridad importante es prestar mayor atención a la prevención y al acceso a la atención médica primaria. Nuestro Buscador de atención médica primaria identifica atención médica gratuita y de bajo costo en Filadelfia.  El buscador permite buscar proveedores en función de la geografía, el servicio y el idioma: https://www.phila.gov/primary-care/.